Se han definido los problemas como
situaciones que se oponen a nuestras intencionalidades. Una solución es un cambio esencial que
transforma la situación desfavorable en una situación compatible con nuestra
intencionalidad.
En algunas ocasiones el azar y el tiempo
pueden transformar los problemas en soluciones. Infortunadamente ello no suele
ocurrir con problemas complejos como los que enfrentan las organizaciones y las
comunidades, las cuales deben esforzarse sistemáticamente para lograr los
cambios esperados. En las películas de aventuras, es posible que los
protagonistas encuentren en el último momento una solución inesperada a sus
problemas; los gestores de proyectos no cuentan con tanta suerte y deben
confiar más en sus acciones que en el azar.
Se denomina logro al resultado de una acción. Muchos
autores se refieren a este concepto como resultado. En el contexto teórico de la gestión de
proyectos, los logros deben corresponder a cambios sustanciales de la situación problema donde ha desaparecido la condición
desfavorable para dar paso a la condición favorable. Formalmente, los logros
deben expresarse como oraciones con sentido completo que expresan positivamente
la situación favorable esperada. Para anticipar los logros, algunos autores
recomiendan transformar la expresión negativa, donde se formulaba el problema,
en una expresión positiva que describa la situación ideal esperada. Otros
autores prefieren usar el término producto, enfatizando en la necesidad de visualizar
los logros como resultados concretos, tangibles y observables.
Algunas corrientes administrativas se
refieren a los resultados como objetivos; sin embargo valdría la pena hacer una
discusión al respecto. Un objetivo es la expresión anticipada de un
resultado esperado en el futuro.
Los objetivos constan de cuatro (4)
componentes esenciales o básicos:
Esenciales: Qué. Cuando, Dónde, Cómo
Además de los Complementarios:
Quién, Con qué, Para qué, Para quién,
Cuanto
1.
¿Qué se espera lograr? Este componente tiene a su vez dos (2)
elementos:
» El producto, logro o resultado esperado propiamente dicho, se
expresa como un sustantivo referido a un objeto o situación tangible y o
medible (observable), aunque sólo en algunos casos esta medición sea
cuantificable. Si el producto se define bien, la formulación de objetivos será
relativamente más fácil.
» Una acción expresada en infinitivo verbal (ar, er, ir), que indica el tipo de esfuerzo que se
hará para lograr el producto. Por ejemplo: generar, aumentar, reducir,
fortalecer, diseñar, implantar, valorar, producir, eliminar, transformar.
Ambos elementos configuran el núcleo del
objetivo. Ejemplos:
·
Reducir: El costo de operatividad
·
Aumentar: El nivel de escolaridad
·
Mejorar: La calidad de la educación
2.
¿Cuándo? El objetivo debe delimitar un horizonte
temporal, precisando el tiempo límite para alcanzar el resultado esperado. Por
ejemplo: Junio - Diciembre de 2014
3.
¿Dónde? Este elemento del objetivo delimita el
lugar o ámbito geográfico donde se alcanzará el resultado. Por ejemplo:
"en la Comuna Panal 2021", "en la Unefa extensión Guacara"
4.
¿Cómo se va a lograr? Esta información da cuenta del método o
estrategia que se aplicará para lograr el resultado esperado. Por ejemplo:
"mediante acciones educativas", "utilizando diferentes técnicas
administrativas de control de gestión", "utilizando el Enfoque PESI
(Plan Estratégico de Sistemas de Información"), entre otros.
Adicionalmente los objetivos pueden
expresar otra información que puede ser importante para prever el alcance del
resultado:
•
¿Quién? Precisa el responsable de obtener el
resultado.
•
¿Con qué? Describe los recursos e instrumentos
utilizados para obtener el resultado.
•
¿Para qué? Se refiere a la finalidad o resultado
último del proceso.
•
¿Para quién? Define los beneficiarios del resultado
esperado.
• ¿Cuánto? Precisa la cantidad de resultado que se
obtendrá. En este caso se habla de metas. Una meta es un tipo particular de objetivo cuyo
resultado se ha cuantificado en el tiempo. No todos los resultados se dejan
medir cuantitativamente. Cuando esto ocurre, se especifica las características
de calidad del resultado o producto esperado y se expresa el tiempo en que se
esperan estos cambios.
Los objetivos pueden ser generales o
específicos. Esta diferencia es convencional. Un objetivo general expresa el resultado
en términos amplios, en cuyo caso deberá descomponerse en tantos objetivos
específicos cuantos productos diferentes pretenda alcanzar.
Construir objetivos generales es un
recurso muy útil que permite al analista integrar o "empaquetar"
diferentes intencionalidades que de otra forma permanecerían dispersas y
serían, por lo tanto, más difíciles de manejar. Sin embargo, este esfuerzo
integrador puede exigir al analista sacrificar en parte la precisión y detalle
que, en cambio, sí deben exigirse a los objetivos específicos.
Los objetivos específicos deben dar
cuenta, en forma secuencial, de los diferentes apartes que forman el todo del
objetivo general.
De manera bilateral se deberá revisar que
el cumplimiento de todos los objetivos específicos, dé cuenta del cumplimiento
del objetivo general, y viceversa, verificando que el objetivo general se logre
a través de los específicos.