Para la
postura clásica, el proyecto se concibe como un conjunto de actividades que se
pueden identificar al interior de una organización, y gerenciarse en forma
independiente. Sus características más relevantes son su temporalidad y
singularidad. Son entonces esquemas específicos de acción que desarrollan un
componente particular, al interior de un plan, un programa o un subprograma, en
un período definido.
Para
nuestro caso el proyecto se concibe
como un conjunto articulado de decisiones
detalladas en su alcance, y de actividades interrelacionadas y coordinadas
hacia un objetivo específico. Tanto las decisiones como las actividades
propenden conjuntamente por un resultado definido en un tiempo limitado y con
unos recursos determinados. Un subproyecto es una
unidad de gestión diseñada al interior de un proyecto para administrar, de
manera específica, un tipo particular de resultados agrupados con fines
operativos. Los criterios para desagregar un proyecto en subproyectos son
eminentemente operativos (convencionales) y obedecen a condiciones prácticas asumidas
por el analista.
El proyecto
se considera como la estrategia operativa de gestión para ejecutar los planes y
programas, porque hace posible pasar de la idea a la realidad y de la teoría a
la práctica. Su capacidad para transformar situaciones concretas es mayor que
la de los planes. La ejecución de los proyectos da lugar a productos
identificables susceptibles de evaluación y en esta medida puede ser la base de
control del gasto público social.
Todo
proyecto tiene principio y fin. La característica de los proyectos es su
concreción y, especialmente, su auto-limitación tanto en recursos como en
tiempo. Un proyecto deberá terminar cuando se logre el resultado previsto o
cuando se demuestre la incapacidad para lograrlo.
Tipos de
proyectos
Existen
tantos proyectos cuantas intencionalidades pueda organizar el ser humano. Existen
también innumerables maneras de clasificar los proyectos, pero la mayoría de
las taxonomías obedecen a algún tecnicismo o reflejan un modo específico de
actuar de las grandes agencias de desarrollo o de los órganos correspondientes
del nivel nacional. En la práctica, estas clasificaciones tienen poca utilidad,
y resulta más conveniente designar los proyectos por sus objetivos dentro del
área programática a que se aplican. Los autores han diferenciado algunos tipos
de proyectos sin que las categorías sean completamente excluyentes. Pero los
principios y técnicas requeridos para garantizar su éxito sí lo son.
Entre los
diferentes tipos de proyectos se destacan los siguientes:
·
Proyectos de
inversión o desarrollo social: dirigidos a resolver un problema
social y a generar cambios benéficos en un grupo humano seleccionado por su
mayor vulnerabilidad. La clave de estos proyectos es la solución de un problema
que afecta el bienestar o la calidad de vida de un grupo humano.
·
Proyectos de
investigación: dirigidos a generar conocimientos nuevos
sobre una pregunta específica que no ha sido resuelta por la ciencia. El
producto de estos proyectos es un informe que recoge el conocimiento nuevo
generado por el investigador.
·
Proyectos de
desarrollo tecnológico: estos proyectos se interesan por mejorar la
aplicación de conocimientos generando productos o servicios útiles. Implican el
desarrollo de nuevos procedimientos y la provisión de los recursos físicos
requeridos para mejorar un proceso de producción o un servicio.
·
Proyectos de
desarrollo administrativo: dirigidos a mejorar un proceso
administrativo o una organización. Los proyectos de desarrollo institucional se
interesan en mejorar, modificar, ampliar o crear una organización de trabajo y
de los sistemas que la componen. En salud, este tipo de proyectos generalmente
facilitan la revisión y la renovación de la administración del sistema de salud
y de los servicios, o de una parte de la organización, incluyendo el replanteo
eventual de las políticas, estructuras, sistemas, modelos, recursos y
procedimientos, en un proceso donde el desarrollo del talento humano es el
elemento central. Su ejecución suele demandar recursos adicionales, diferentes
a los que se destinan a actividades operacionales normales en una institución.
Su éxito no es posible sin una voluntad política seria y un alto grado de
compromiso del talento humano para que su operación se prolongue en el tiempo y
logre las transformaciones deseadas.
·
Proyectos de
inversión física: dirigidos a desarrollar, ampliar, mejorar o
modificar sustancialmente edificaciones, infraestructura, instalaciones o
equipos.
Muy buena la informacion gracias
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